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martes, 2 de junio de 2015

LUCAS NEURONEA. HOY: QUÉ ES DE TU VIDA...


Me cago en aerolitos de colores que cruzan el firmamento. Si por eso a veces se me olvida la pastillita, es símbolo de evolución hostia, tengo la boca para escupir a una cementera y producir toneladas de hormigón.

Y que mareo, vivo durante ocho horas una realidad con un cristal empañado... 
Adiós autobús, hola Metro. Desde que los teléfonos móviles son la extensión de las manos, ir en metro es como un club de abuelas modernas. Ahí "dale que te pego" con su encaje de bolillos digital. Atentos, como piedras, con las miradas del rabillo del ojo modo león que devora una cebra, me parto...
El caso es que a mí me suena una que tengo enfrente, pero muy distinta a como la recuerdo. Más maruja pero a su vez mas chonipada (unión de choni y atrapada, vestida con ropa de 20 años menos de los que tiene y con rollo de higiene la justa).
Madre de dios, si creo que es "La Elena", hay que ver como se estropean los cuerpos. Está para darla un micro y que rife la tómbola. Pero si era la más lista de la clase... llevaba los cuadernos limpios como la patena. Y su diadema con coleta.
¡Ahí va la hostia! si son de esas que les gusta compartir su conversación del móvil con todos los demás... me tiene perplejo, y con el pedo de la pastilla estoy como un conejo cuando le dan las largas. No la quito ojo y me ha mirado ya dos veces, pero me da igual; la que da el espectáculo en público no tiene derecho de admisión.
Primero parecía discutir por un zorreo, ahora está ya en la etapa de dar la razón entre "no te ralles" y "yo te quiero mazo".
Pues prometía la chiquilla. Porque lo mío desde canijo se percibía, era carne de psiquiatra pero La Elena era de esas que me encajaba en la familia perfecta, igual que las fotos que vienen en los marcos.
Uff... que sueño me está entrando, no llego al médico. Me quedo tostado, ni siquiera las Matrimoniadas de La Elena me dan vidilla.
Tela con los del colegio, vaya quinta fuimos los de la democracia. Damos para dos temporadas completas de "Callejeros". ¿Qué habrá sido del Juanillo, La Claudia, y el resto de promesas del mañana?
De algunos sé. Entre abonados al paro, millonetis de la obra arruinados y parásitos de mamá se llena el cupo de la mitad de la clase. Luego estaba el sector de los que parecían tener un billete para acabar fuera del barrio. Qué vida esta. Dios da pan al que no tiene dientes, y te pasas la vida viendo como se empeñan en machacar la chapata con las encías.
A lo tonto he llegado ya. Ahí te dejo Elena, hija, que destino te augure un camino poco embarrado porque para tronista se te ha pasado el arroz. Qué difícil me resulta ver como la gente, en plenas facultades, tiende a emular el "se va, se va, se va por el barranquillo". Como crecen y el brillo de sus ojos pasa a ser el del gloss. Con la posibilidad de elegir numerosas oportunidades pierden el tiempo quedándose con la reválida, que suele ser el uniforme de los desesperados o el brick de leche a punto de caducar.
Y ven pasar el tiempo cuando ha pasado, estancados, con el trastorno de los que degustan por imitación pues han perdido el paladar. ¿De verdad nos paramos a pensar alguna vez si la dirección que llevamos es la correcta, o hemos pasado a ser tan perros de dejarnos llevar a ver qué pasa?
Bueno, menos monólogo y mas recetas de la felicidad; a ver si me cambian la medicación que esta última parece más idónea a empañar mi vista en vez de la sesera, y estoy yo como para encantarme en mis auto debates y dejarme el gas puesto, por ejemplo. Creo que a la vuelta me cojo el autobús...

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