Translate

martes, 5 de mayo de 2015

JOSE MANUEL Y LA OFRENDA A LAS PARTES INSERVIBLES.

 


El otro día andando hacia mi casa noté un pequeño tirón en la espalda. Justo esa zona muerta donde el gesto de rascarse es acrobático.
Como la pereza era corta de vista pronto pasó a "tareas pendientes", de esas que pasan a olvido en diez minutos.

Bien entrada la noche, con la barriga llena y la sobremesa encarcelada en el sofá, mi perro empezó a chupetear tras de mí cuando me incorporé a apagar mi cigarro.
En el respaldo, intentando imitar a una Cara de Bélmez, había una mancha oscura y reciente. Era sangre. Roja, viva y coagulada.

Pense "vaya mancha, donde me habré apoyado" y acto seguido me fui al baño a mirarme en el único sitio donde hay un espejo en condiciones. Entonces lo vi: una puñalada profunda... e inerte, pues no sentía dolor. Lo que estaba era asustado de ver semejante boquete, ni siquiera lo había percibido. Me acerqué al espejo lo mas que pude y había una letra minúscula bajo la herida. Que locura.

Forzando la vista pude leer "puñalada o tu lengua". No entendía nada. ¿Cómo podía interpretar esto? ¿Qué diablos tenía que pensar?

La madeja de ansiedad creció hasta tal punto que de madrugada intenté ir al baño y era incapaz de atravesar el marco de la puerta. Mi mente estaba en cuidados intensivos, su estado era crítico y el raciocinio de perfil neandertal.  Arranqué la madeja de mi cuello, entré al baño, cogí unas tijeras y... me corté la lengua. Se acabó punto y final.

Me puse una gasa con betadine y a seguir... que sí, sabía que ya no podría hablar y todo eso, pero pensé "para que hablar si la mayoría de las veces no se quiere escuchar". 
Ademas todo el miedo despareció y volví a la cama a dormir como un ceporro de catàlogo. Queeeee bien.

Desde entonces he aprendido como se acostumbra a dar tanta importancia a cosas tan inutiles como la lengua. Ya ves tú. Ahí todo el día húmeda y creando palabras... 

No hay comentarios:

Publicar un comentario