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martes, 19 de noviembre de 2013

EL COSTE INGRATO.





Esta es la manzana 7431660. 


Un buen día empezó a desarrollarse en un árbol con promesas de futuro, y cada día se dejaba la piel en la rama de la que colgaba, suministrando todo lo que necesitaba con ayuda de sus compañeras, el resto de manzanas. 
 

Se exprimía para que este árbol siguiera adelante, exigente, e incansable para fortalecer sus ramas; a veces incluso de forma autodidacta, intentando sacar el mejor beneficio para el árbol que a fin de cuentas también sería beneficio de todos. 


El árbol fue creciendo, afianzando sus raíces para dar lustro a su composición y asegurando a las manzanas que trabajaban con él. En un proyecto sin precedentes donde cada manzana extirpada compensaba la incorporación de otra nueva. Un compendio bien engranado dispuesto a generar cosecha tras cosecha.

Un buen día el clima, caprichoso por naturaleza, modificó la trayectoria de sus nubes dejando nuestro árbol poco abastecido de agua. Al principio el árbol no supo digerir este cambio, marchando religiosamente su producción y crecimiento como antaño. Esto supuso un deterioro diminuto pero constante, debilitando sus raíces y afectando por consecuencia a todas las manzanas.


La manzana 74316660 era muy consciente de la situación siendo de las primeras afectadas pues llevaba tiempo en este árbol. Conociendo el funcionamiento mejor que el patrón se dispuso a trabajar ardua en pos de producir el máximo con tan poco recurso, sabiendo de antemano que el resultado sería inferior; incluso viendo como el resto  de manzanas desde hacía tiempo no soltaban apenas jugo, deprimidas por la incompetente gestión del árbol el cual estaba incapacitado para solventarlo.


Las lluvias habían cambiado y los árboles no habían sabido adaptarse pensando que siempre tendrían agua.


Lo que le quedaba a esta manzana por ver era como el árbol, en su locura por mantener el nivel, rompería lazos de compromisos  dejando muchas manzanas a su merced,  desheredadas de la rama,  esperando su muerte o su destierro, para aumentar el número de manzanas podridas. Por el suelo, es igual, salen más... ya se preocupará el árbol de succionar toda la profesionalidad y dedicación cual nutriente, inexistentes en el nuevo protocolo arborícola; un protocolo “de Esperanza” que causaría la sobre exposición solar en todas las manzanas. 


Así son los árboles, tajantes pero excepcionalmente preocupados por lo que se les pide, cueste lo que cueste. Son fuertes y muy competitivos, no pararán hasta volver a crecer como antes, hasta amputar el rabillo y dejar hueco a las manzanas huérfanas del suelo desesperadas por producir antes que morir. Al precio que sea necesario. 


Así, la manzana 74316660 siguió su afán de trabajo desmotivada en añoranza de las que cortaron, aceptando su destino que se vaticinaba oscuro. Conviviendo con las manzanas nuevas de talante depresivo, autómatas, sin criterio e insípidas; pero en definitiva funcionales y desesperadas. Aptas para el nuevo sistema donde la calidad no figura entre sus aptitudes.  Para saciar solo sus necesidades, para tapar otro hueco más como el de la manzana 7431660. Creando servicio ininterrumpido a costa de las manzanas que sean precisas. Doctos en cubrir las necesidades que ya ni siquiera se demandan. Especialistas en Ti...

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